-¿Se puede saber por qué no has empezado con la destrucción total?
Me aburro ahí abajo, el negocio de las peleas ya no es tan atractivo-le dijo el
Diablo a Dios
-¿Hay peleas clandestinas en el infierno?-preguntó,
evadiendo el primer interrogante
-Ey, en mi jurisdicción yo decido lo que es legal y lo que
no. Hasta tu hijo vino a apostar ayer
-¿Jesús? ¿Cuántas veces he de decirle que no se meta en tus
cosas? Este chico no escucha cuando le hablo
-Podrías dejarlo, digo, ya es un poco mayor, ¿no? En fin,
ahora respóndeme lo que quiero saber, habíamos quedado en que matarías a todos,
¿qué pasó? ¿te ablandaste? Seguro que sí, siempre lo mismo, es más, no veo a
San Pedro en su garita
-Le di vacaciones. Es mucho trabajo borrar toda la humanidad
de golpe, tomé otra decisión. Mejor será empezar por país. Estaba viendo si comenzábamos
por Argentina.
-Típico, tomar decisiones sin consultar a nadie, qué
generoso Dios. ¿Por qué Argentina precisamente?
-Están haciendo demasiadas cosas en mi nombre diciendo que
yo lo digo, y no es así.
-Pfff, ni que hubieran formado un partido político anti
aborto
-………
-¿En serio? ¡Qué país! Bueno, dime, ese movimiento fue
fundado por un hombre, ¿no?
-Así es, su nombre es…
-Déjame adivinar, Raúl-Dios asintió. El Diablo se tomó la
cabeza mientras reía-no puede ser, ¿qué más hacen en tu nombre?
-Basta que veas el pensamiento de algunos legisladores-Dios
encendió la televisión y el Diablo permaneció boquiabierto ante algunos
argumentos.
-Caray, no pensé que fuera tan grave, ¿y qué opina tu vocero
en la Tierra de todo esto, el tal Francisco?
-Compara el aborto con el nazismo y dice que hay llevar a
los niños a terapia por su sexualidad.
-¿Y encima de todo, el malo sigo siendo yo?
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